Viajes para crecer

Blog - Viajes para crecer

El secreto para tus viajes conscientes

Viajar es un placer, a veces una necesidad, también puede ser una forma de salir de tu zona de comodidad y hacerte sentir abrumado por momentos… En un viaje cada esquina es una nueva oportunidad para sentir algo que te inspire, te cambie, que te haga ver la vida de forma diferente.

Cuando viajamos salimos de las rutinas y comodidades del día a día, y nos permitimos experimentar el mundo y la vida de una forma en que no tenemos el control. Eso es una gran oportunidad. Seguro que cualquier persona que viaje frecuentemente te dice que ha tenido momentos en que las cosas se vuelven complicadas, a veces a pesar del lugar maravilloso en que estás no tienes energía o ganas para hacer nada. A veces simplemente quieres quedarte parado en un banco observando a la gente.

Cuando viajamos salimos de las rutinas y comodidades del día a día, y nos permitimos experimentar el mundo y la vida de una forma en que no tenemos el control.

Hay cosas que me gusta hacer cuando viajo, son rutinas que me hacen conectar con el lugar y disfrutar de un espacio creado para el Ser. Estas rutinas, aunque simples se han convertido en facilitadoras de momentos en que se siente paz, felicidad, plenitud, apreciación por lo simple, en una palabra, Plenicidad. Experimentar ese sentido de interconexión con algo mayor y de ser una parte de un todo.

Porque puedes estar en casa, allá donde estés.

Aquí tenéis 5 ideas claves para vivir conscientemente tus viajes:

  1. ¿Por qué viajo?.

Todo comienza por la intención. La intención es la semilla que se planta en el suelo y que se va cuidando a lo largo del viaje.

Viajes por placer o por trabajo, cada viaje tiene una intención, una razón de ser que has de tener presente para garantizar que se riega y cuida con esmero. Cualquier intención puede ser válida, incluso la de no tener una intención y experimentar libremente.

En esos momentos en que el viaje se torne más complicado podrás volver a la intención para cargarte de energía y continuar. La intención será esa estrella que te guía y que te conectará con aquello que sucede para seguir fluyendo.

Para tenerla presente escríbela, compártela con otros que te encuentres en el camino y con aquellos con quien lo inicias.

  1. Conecta contigo y con el entorno.

Puedes hacerlo con prácticas de meditación formal. Por ejemplo, siguiendo una meditación guiada, atendiendo a tu respiración o a las sensaciones del cuerpo. Pero también puedes aprovechar cada momento para hacer prácticas informales de mindfulness.

Son muchas las opciones, puedes sentarte en un espacio en que te estés cómodo obsérvate, observa el entorno, los olores, el sonido, los colores, formas, sensaciones, los pensamientos que te vienen de todo eso que están recibiendo tus sentidos… Observa a las personas… Si tuviera que elegir algo que me encanta hacer cuando no hago nada es eso, sentarme en el banco de un lugar concurrido y mirar a la gente. Observa. Sin filtro, sin juicios.

Si la naturaleza o el paisaje del lugar invita, encuentra tu espacio y observa. Una puesta de sol, el movimiento de las nubes, de los pájaros… Todo ello te conecta contigo.

Simplemente siéntate, sin prisas.

  1. Piérdete.

Me encanta salir a perderme. Miro los lugares que no son seguros de la ciudad para no meterme en la boca del lobo y después de eso salgo sin rumbo. Me meto por aquella calle que me apetece en cada momento.

He descubierto de esta forma lugares ideales, rincones con encanto, imágenes preciosas, e incluso los lugares famosos que cualquier turista tenía que visitar de la ciudad. Sin esfuerzos, fácilmente.

Disfruta de descubrir el lugar a cada paso, pregunta a los lugareños, habla con ellos… Si te pierdes alguien te guiará. Hoy tenemos la suerte de podernos descargar nuestros mapas en google a los que se puede acceder sin conexión, así que cuando quieras ubicarte en el mapa, y sólo en ese momento, sólo necesitas abrir la aplicación.

Confía y estate atento sabes más de lo crees que sabes, así que fluye.

  1. Desconecta del teléfono.

No necesitas estar siempre conectado, estar en el extranjero es una excusa perfecta para dejar de lado el teléfono. Aprovecha de esta forma para conectar con la gente que te encuentras por el camino, con otros que viajan como tú, con la gente del lugar. Revive que se siente cuando conectas con otros cara a cara. Nos perdemos lo especial del viaje cuando ignoramos al que tenemos al lado y sólo miramos las pantallas de nuestros móviles.

Nos perdemos lo especial del viaje cuando ignoramos al que tenemos al lado y sólo miramos las pantallas de nuestros móviles.

  1. Agradece

No es necesario viajar para agradecer, pero también puedes agradecer cuando viajas. Hay muchas personas en el mundo que no tienen las oportunidades que tienes tú. Viajar puede hacerte conectar más con la gratitud, con las opciones que la vida te ofrece y tienes la oportunidad de vivir.

Escribe en tu diario y da las gracias cada día mientras repasas aquello que has vivido.

 

Viajar es toda una experiencia, vívela al completo. Estate atento, aquí y ahora.

¡Seguimos en contacto y en Plenicidad!